No hace falta conocer demasiado de fútbol para saber que los apellidos Menotti y Maradona refieren a dos de las figuras más importantes de este deporte. Sin embargo, muchos dejan de lado que la relación que forjaron ambos está trazada no sólo por la historia deportiva, sino que compartieron el espíritu que alimentó un estilo, una idea, un camino.
César Luis Menotti hizo debutar en la Selección Argentina a un joven Diego Maradona (de tan sólo 16 años y 4 meses) el 27 de febrero de 1977, en un amistoso en el que la albiceleste goleó en La Bombonera a Hungría por 5 a 1.

Luego, fue el propio “Flaco” quien decidió que Diego, ya convertido en figura de Argentinos Juniors, se quede afuera de la lista mundialista en 1978. Años después, a pesar de haber levantado el primer titulo mundial de nuestro país, César aseguró haberse equivocado en no convocarlo. Diego confesó que lloró mucho cuando se enteró de la noticia, también dijo que lo perdonó pero que esto no se lo iba a olvidar nunca en la vida.
El Mundial juvenil de 1979 en Tokio fue consagratorio para el diez, que dirigido por Menotti logró coronarse campeón mundial SUB 20.
La historia (o el universo…o Dios…o la energía, llámenlo como quieran) quiso que sigan caminando juntos en la Selección Argentina hasta el Mundial de España en 1982. Ya fuera del seleccionado, volvieron a cruzarse en FBC Barcelona, en donde César dirigía el primer equipo y Diego llegaba como figura por lo demostrado en Argentinos Juniors, Boca Juniors y, por supuesto, la Celeste y Blanca.

El sello innegable de las ideas de Menotti calaron hondo en el estilo de juego de Maradona. Alguna vez Jorge Valdano se refirió a esa relación de la siguiente manera: “Menotti dignificó con sus ideas lo que Maradona defendió con la pierna izquierda”.
César se cansó de referirse a Diego como uno de los pocos jugadores que confluyen en un ideal dentro de este juego, y Diego manifestó públicamente que fue Menotti quien más lo marcó como jugador.
Juntos son el corolario de un estilo de juego propio. El fútbol argentino, la “Nuestra”, el potrero. La identidad que nos enorgullece.