“La Nuestra” es un concepto que define un estilo de juego genuinamente argentino, basado en la técnica, la creatividad, la gambeta y el juego ofensivo. Se trata de un fútbol que prioriza el buen trato del balón”.
La esencia de La Nuestra está en el barrio, en la manera de entender el fútbol como lo que realmente es: un juego. Desde esa relación lúdica, el fútbol argentino ha construido, desde sus inicios hasta la actualidad, un sello de identidad único.
El fútbol argentino tiene un ADN inconfundible que proviene del barrio, del potrero, de la calle. Allí es donde los jugadores aprenden a jugar sin reglas estrictas, resolviendo situaciones con ingenio y rapidez.
Uno de los principios básicos de “La Nuestra” es el fútbol en equipo, donde el pase y la circulación del balón son claves para construir el juego. A diferencia de estilos más directos que buscan llegar al arco rival rápidamente, el fútbol argentino históricamente ha priorizado la posesión con inteligencia y paciencia.
La Máquina de River Plate en los años 40, con su juego de toques y rotaciones, es un emblema de este principio. Jugadores como Adolfo Pedernera y José Manuel Moreno entendían el fútbol como una danza colectiva, donde cada pase tenía un propósito.
El jugador argentino siempre ha sido reconocido por su habilidad para eludir rivales, improvisar y desequilibrar en el uno contra uno. En “La Nuestra”, la gambeta no es un lujo innecesario, sino una herramienta esencial para desequilibrar defensas cerradas y generar ventajas.
El fútbol tiene cuatro acciones: Defender, recuperar, gestar y definir. Y dentro de ese movimiento, hay tres razones del juego, que se llaman espacio, tiempo y engaño
Es una combinación de inteligencia y creatividad. El equipo que maneja el tiempo, ocupa bien los espacios y utiliza el engaño tiene el control del partido. Esta idea sigue vigente y es clave en la identidad del fútbol argentino.
“La Nuestra” es un concepto que define un estilo de juego genuinamente argentino, basado en la técnica, la creatividad, la gambeta y el juego ofensivo. Se trata de un fútbol que prioriza el buen trato del balón”.
El jugador argentino siempre ha sido reconocido por su habilidad para eludir rivales, improvisar y desequilibrar en el uno contra uno. En “La Nuestra”, la gambeta no es un lujo innecesario, sino una herramienta esencial para desequilibrar defensas cerradas y generar ventajas.
La Nuestra es un concepto que define un estilo de juego genuinamente argentino, basado en la técnica, la creatividad, la gambeta y el juego ofensivo. Se trata de un fútbol que prioriza el buen trato del balón”.
La esencia de La Nuestra está en el barrio, en la manera de entender el fútbol como lo que realmente es: un juego. Desde esa relación lúdica, el fútbol argentino ha construido, desde sus inicios hasta la actualidad, un sello de identidad único.
El fútbol argentino tiene un ADN inconfundible que proviene del barrio, del potrero, de la calle. Allí es donde los jugadores aprenden a jugar sin reglas estrictas, resolviendo situaciones con ingenio y rapidez.
Uno de los principios básicos de “La Nuestra” es el fútbol en equipo, donde el pase y la circulación del balón son claves para construir el juego. A diferencia de estilos más directos que buscan llegar al arco rival rápidamente, el fútbol argentino históricamente ha priorizado la posesión con inteligencia y paciencia.
La Máquina de River Plate en los años 40, con su juego de toques y rotaciones, es un emblema de este principio. Jugadores como Adolfo Pedernera y José Manuel Moreno entendían el fútbol como una danza colectiva, donde cada pase tenía un propósito.
El jugador argentino siempre ha sido reconocido por su habilidad para eludir rivales, improvisar y desequilibrar en el uno contra uno. En “La Nuestra”, la gambeta no es un lujo innecesario, sino una herramienta esencial para desequilibrar defensas cerradas y generar ventajas.
El fútbol tiene cuatro acciones: Defender, recuperar, gestar y definir. Y dentro de ese movimiento, hay tres razones del juego, que se llaman espacio, tiempo y engaño.
Es una combinación de inteligencia y creatividad. El equipo que maneja el tiempo, ocupa bien los espacios y utiliza el engaño tiene el control del partido. Esta idea sigue vigente y es clave en la identidad del fútbol argentino.